Cardiología ambiental

Paseando por los bosques de la Val d’Aran

Ya sabemos que el aire que respiramos incide en nuestra salud, pero ahora se está buscando la creación de una nueva disciplina médica, la Cardiología Ambiental. La conferencia inaugural del reciente Congreso SEC21 de la Salud Cardiovascular, organizado por la Sociedad Española de Cardiología y celebrado en Zaragoza, abordó de lleno este tema de la Cardiología Ambiental.

Ana Navas-Acién, epidemióloga y profesora en la Facultad de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia, en Nueva York, tituló su discurso: Cardiología ambiental, una disciplina del siglo XXI.

Viviendo en ciudades como Barcelona o Madrid, todos los días inhalamos, de media, 16 kilos de aire -unos 30 metros cúbicos-. Así cada vez que respiramos, un acto imprescindible para vivir, penetran en nuestro organismo las partículas contaminantes presentes en el entorno, responsables de una larga lista de enfermedades. Ana Navas-Acién señala que: “Hay miles de estudios que muestran que los días de mayor contaminación del aire en las ciudades aumentan los ingresos por infartos, insuficiencia cardíaca y arritmias”.

Debemos hacer hincapié en el tema, y más cuando la profesora nos advierte que la contaminación del aire que respiramos “es el factor de riesgo desconocido”. De hecho, “un 30% de las muertes por enfermedad cardiovascular, según estima la Organización Mundial de la Salud, se producen por un componente ambiental: contaminación del aire, tabaco pasivo y compuestos tóxicos (en concreto, la influencia nociva del plomo tiene un fuerte respaldo de evidencia científica)”. Por lo que, “las guías de práctica clínica deberían actualizarse e incluir las exposiciones ambientales como factores de riesgo para desarrollar estrategias de salud pública”.

Para una óptima cardiología ambiental debemos modificar nuestros hábitos, salir de las ciudades y sumergirnos en entornos naturales, ecosistemas repletos de aire saludable que nuestro organismo reciba positivamente. No lo decimos nosotros, sino que fue el tema predominante del Congreso SEC21 y la preocupación de muchas comunidades científicas. Por ejemplo, Jordi Bañeras, cardiólogo del Hospital Vall d’Hebron (Barcelona), asegura en una entrevista que no son sólo los ciudadanos los que no suelen ser conscientes del alcance de la contaminación ambiental: “En la misma comunidad científica hay aún desconocimiento por parte de los cardiólogos y otros médicos en atención primaria, que somos los que tenemos que avisar de los factores de riesgo para evitar que provoquen enfermedades, al igual que hemos hecho con el tabaquismo, la hipertensión o el colesterol”.

Anticípate, cuídate y ven a la Val d’Aran a cuidarte, a respirar, a sonreír. Dale una tregua a tu cuerpo y sumérgete entre nuestros bosques, corre, ríe. ¡Vive la #VIDAVerneda!